Apple siempre se ha presentado como un bastión Intimidad En el mundo tecnológico, Apple es una empresa que no compromete sus principios y se niega a permitir que ningún gobierno piratee los dispositivos de sus usuarios. La hemos visto plantar cara a corporaciones, fuerzas del orden e incluso a los propios gobiernos en situaciones bien conocidas. Pero esta imagen se tambalea cuando la conversación se centra en China, donde emergen un extraño silencio y concesiones que contrastan totalmente con el rigor de Apple en el resto del mundo. En este artículo, exploraremos por qué Apple parece aplicar un doble rasero.

manzana e india

La historia comenzó cuando el gobierno indio le pidió a la empresa que instalara una aplicación de seguridad imborrable en IPhone En el país. Aunque su propósito declarado era rastrear dispositivos perdidos, la aplicación dio paso a una vigilancia generalizada, con una clara y flagrante violación de la privacidad. La respuesta de Apple fue un rechazo directo, sin rodeos ni maniobras. El gobierno indio se retractó entonces de su requisito de que los usuarios no pudieran eliminar la aplicación. Quizás un pequeño paso, pero una victoria significativa para la empresa estadounidense.
Apple y Occidente

India no está sola. Apple enfrentó una enorme presión en Estados Unidos cuando el FBI le pidió que abriera una puerta trasera para el iPhone en el famoso caso de San Bernardino, y la misma situación se repitió en el caso de Pensacola.
En Gran Bretaña, Apple adoptó una postura similar cuando el gobierno británico exigió un acuerdo sobre el cifrado de extremo a extremo de iMessage. La compañía amenazó con retirar sus aplicaciones Mensajes y FaceTime antes que comprometer su cifrado. Como resultado, el gobierno británico cedió.
Así pues, podemos afirmar que Apple puede plantar cara a los gobiernos occidentales y a las principales democracias y decir que no, sin preocuparse ni temer por sus intereses, y finalmente ganar. Pero ¿qué pasa con Oriente?
Apple y los dobles estándares

Al trasladarnos a China, encontramos una versión completamente diferente de Apple. Allí, vemos una empresa que se rinde discretamente y utiliza el cliché: «Apple se compromete a cumplir con las leyes de todos los países en los que opera». Estos son algunos de los ejemplos más destacados de la sumisión de Apple al gobierno de Pekín:
- China solicitó la eliminación de las aplicaciones de noticias que no se ajustaban a su narrativa, y fueron eliminadas.
- Solicité la eliminación de cientos de aplicaciones VPN y se hizo.
- Rechacé la existencia de Skype porque no estaba supervisado y por eso desapareció.
- Querían restringir AirDrop después de las protestas, por lo que agregaron un límite de tiempo de diez minutos.
- Apple permitió que los datos de los usuarios chinos de iCloud se almacenaran en servidores propiedad del gobierno, al tiempo que entregaba claves de cifrado.
De esta manera, los usuarios en China se quedaron sin privacidad real y sin objeciones por parte del fabricante del iPhone.
Finalmente, podría preguntarse por qué Apple parece tener una postura tan contradictoria. La respuesta es compleja pero clara: China no es solo un mercado para Apple; es la columna vertebral de sus cadenas de producción y procesos de fabricación para todos sus productos. Por lo tanto, abandonar China significaría perder un mercado enorme y fábricas insustituibles en ningún otro lugar con el mismo nivel de eficiencia. Por otro lado, Apple invierte miles de millones en la economía local y genera millones de empleos. Así pues, si Apple decidiera plantar cara a China, podría salir perdiendo o ganando; nunca lo sabremos, ya que la compañía aún no ha probado esta posibilidad.
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